Se
trata de una de las ayudas más complejas de solicitar, puesto que el
ganadero tiene que adjuntar documentación exhaustiva, cuando al final
apenas tiene posibilidades reales de acceder a este apoyo. Ateniendo al
mínimo presupuesto disponible, apenas se podrá atender a centenar y
medio de los miles de ganaderos susceptibles de recibir este apoyo, lo
que ASAJA califica de “tomadura de pelo, porque les ponen la miel en los
labios, pero sabiendo que, tras rellenar papeles varios días, quedarán
fuera del reparto”.
En
teoría, y según la orden hoy publicada, la ayuda por UGM (unidad de
ganado mayor, que equivale a 1 vaca o a 6 ovejas, aprox.) de animal
reproductor reconocido como perteneciente a raza autóctona de fomento
sería de 100 euros, y de 130 euros por UGM si es raza autóctona de
protección especial. Si está la explotación incluida en un sistema de
calidad diferenciada agroalimentaria, podrá incrementarse hasta un 20
por cien estas cuantías.
ASAJA
de Castilla y León advierte del peligro serio de abandono que corren
las razas autóctonas, “más cuando cada convocatoria se restan los pocos
apoyos que recibían, y que están justificados porque son menos
productivas que otras más competitivas y orientadas a la leche o a la
carne”. En la Comunidad Autónoma “hay un valioso patrimonio genético de
razas autóctonas que si no lo protegemos, está claro que nadie va a
hacerlo por nosotros”, subraya ASAJA.
Entre
las razas autóctonas en peligro de extinción propias de Castilla y León
hay algunas tan señeras como la Alistana-Sanabresa, la Avileña-Negra
Ibérica Bociblanca, la Morucha negra, la Sayaguesa, la Castellana negra,
la Ojalada, el Hispano-Bretón, el Zamorano-Leonés, la gallina
Castellana Negra o los gallos Indio y Pardo de León. Y otras más se
consideran razas autóctonas de fomento: Avileña Negra Ibérica, Morucha,
Parda de Montaña, Castellana, Churra, Ibérico Tinto y Entrepelado, etc.
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