“La limosna no es la solución”.

Dada la creciente presencia de la mendicidad en las calles de nuestra ciudad y en muchas de las entradas de nuestros templos, se ha decidido emitir un mensaje a la ciudadanía: dar limosna impide sacar a las personas del círculo de la mendicidad y por lo tanto, no les facilita la integración. En muchos casos se está detectando, además, que estas personas están sujetas a los dictados de personas que han hecho de la mendicidad un acto organizado y por lo tanto que no busca la mejora de la situación de quienes piden en las calles.

La integración necesita de un acompañamiento y un disposición por parte de las personas a mejorar su situación y evitar hacer de la calle y la mendicidad su medio de vida. Por eso es importante erradicar el hábito de la limosna y dirigir estas situaciones a los servicios sociales y entidades que pueden, de verdad, posibilitar una integración adecuada. Debemos erradicar la limosna. Desde la comunidad cristiana y desde Caritas sabemos de la buena intención de ayudar a las personas que están pidiendo, pero la forma más adecuada no es la limosna indiscriminada en la calle. Queremos avanzar y proponer otras formas de ayuda como el acercamiento a la personas a través de diálogo, la colaboración como voluntarios/as con programas o servicios de Caritas como calor y café del Programa de Personas sin Hogar que intenta llegar a la gente que se queda en la calle en estos días y noches de dura climatología.